Según nuestra edad y nuestro cuerpo necesitaremos dormir más o menos. No va a dormir igual un bebé recién nacido que un adolescente, y no va a dormir igual un adolescente que un adulto.
Los recién nacidos suelen dormir muchas horas al día, entre 14 y 18 horas y, a medida que irán pasando los meses, esas horas van a ir disminuyendo, hasta que a la edad de 2 años, dormirán entre 11 y 14 horas, siempre dependerá del niño.
A partir de aquí y durante la edad escolar los niños seguirán durmiendo un poquito más que los adolescentes y dormirán una media entre las 9 y las 11 horas, hasta que llegaran a su adolescencia.
Lo ideal de los jóvenes y hasta que serán adultos es que duerman entre 7 y 9 horas al día.Menos de 7 sería demasiado poco y más de 10 tampoco sería conveniente. A partir de aquí y hasta la edad adulta mayor, más de 65 años, nos recomiendan que durmamos entre 7 y 9 horas al día, aunque no siempre es así. A partir de los 65 años baja un poquito esa duración y lo ideal es entre las 7 y las 8 horas.
Todos estos varemos siempre son orientativos y la duración y calidad de nuestro descanso variará en función de nuestra personalidad, situación y predisposición a conciliar nuestro sueño.
Dormir no es lo mismo que descansar, por eso nos tenemos que acostar sobre un buen colchón, un colchón adecuado para nosotros y que nos proporcione ese bienestar que nos ayudará a descansar y a levantarnos por la mañana frescos y con ganas de afrontar nuestro día a día.